A mi mejor Amigo

Mi amado, mi amigo y mi Salvador,
hoy te ofrezco alabanzas de gratitud
porque como a tu especial tesoro
me redimiste de la esclavitud.
La oscuridad de mi ignorancia
iluminaste con tu divino rayo de luz.

Cuando el mundo me cerró las puertas del mañana,
Tú me abriste la puerta de la eternidad,
me quitaste los harapos y me vestiste de gala.
A mis enemigos trastornaste
poniendo muros de fuego a mi morada
y me cubriste bajo la sombra de tus alas.

Gracias por darme fuerzas en la debilidad,
por estar ahí cuando me estremecen los vendavales
y decir: No temas, Yo te ayudo.
Por transformar los áridos sequedales
en estanques de agua viva para mí,
por aligerar mis cargas y mis afanes.

Gracias por velar mi sueño en las noches
y sobre mí regocijarte con sublime canto.
Por estar siempre atento a mi voz
y callar de amor cuando te hablo.
Gracias por habitar en mi pequeño corazón
y hacerme oveja de tu rebaño.