Si pudiera enrollar el camino
para desplegarlo otra vez...
Regar agua sobre mis huellas
y sembrar flores silvestres
en lugar de cardos y espinas...
Quizás tenga sentido,
porque al lado del camino recorrido
caminó inseparable la conciencia,
que muy a pesar mío,
siempre señaló mis desvaríos.
A su tiempo
germinó el arrepentimiento genuino
y pedir perdón fue un alivio...
Pero, ¿tiene valor el arrepentimiento
para los corazones endurecidos?
Qué difícil es este camino,
cuando te perdonan sin sentirlo.
Por ese te amo Señor,
porque nadie se compara contigo,
todos mis errores sepultaste en el olvido.