miércoles, 31 de agosto de 2011

De tanto estar bien

De tanto estar bien
sus días parecen calcados...
Sin emociones, sin desafíos,
 va consumiendo su calendario,
su corazón siempre latiendo
sin variación de ritmo.

En sus ojos se perpetuó un largo verano,
haciéndole olvidar la magia de una lágrima.
Su pensar jamás camina por un hilo,
por falta de pan y abrigo;
ni conoce la genuina alegría
del que alcanza sus sueños con sacrificio.

De tanto estar bien,
perdió la fe su valor,
la esperanza se volvió certeza,
zozobró el sentido de la existencia
y en un cubo de hielo
quedó sepultado su tiempo.

sábado, 27 de agosto de 2011

Todo quedó dicho


Desde ayer se cerró la historia,
escribimos el último libreto.
En tus ojos cerrados
archivaste un universo...

Todo quedó dicho,
grabado en las ondas etéreas
y el corazón lo revive
siempre, a cada instante.
Estás en mi tiempo,
en cada palabra, en mi silencio.
Ayer se quedó para siempre
detrás de la puerta,
tu puerta que es el porvenir.

lunes, 22 de agosto de 2011

Un premio maravilloso

Mis amados amigos y amigas, a todos les admiro y les amo profundamente...
Yo escribía "LLegará el olvido", diciendo al final que la brisa me traería mil
perdones y que tal vez la tarde me regalase flores, pero me quedé corta en 
mis expectativas, todos ustedes me han dado mucho más que flores, me han
dado su apoyo y su cariño invaluable.
Hoy, mi amiga Elena, del precioso blog, "Mi espacio particular", me ha regalado
un tesoro, su amistad, echa esencia en este bello presente. Una infinita letanía de
gracias eternas y mi reconocimiento y amor para todos. ¡Les amo!


¡El mejor regalo es tu amistad!

LLegará el olvido

Germinó del yerro la semilla,
sembrada en tierra equivocada
para hacerse cruel pesadilla
llena de espinas envenenadas.

Pesadilla, oscuridad y muerte
fue la cosecha recogida.
Surcando mi cielo antes celeste
vuela un dolor agreste,
viento huracanado y destructivo
que arrasando va sin sentido,
haciendo daño y matando
sin ver atrás sigue avanzando.

Mientras van unas manos santas
ungiendo las heridas de mi alma...
Poco a poco llegará el olvido
que sanará al corazón herido,
la brisa traerá mil perdones
y quizás la tarde me regale flores.

sábado, 20 de agosto de 2011

Vanidad

Marqué con asterisco
lo que era de buen juicio,
para no caer en vicios.

Puse señales de alto
para evitar el llanto,
que mortifica tanto.

Alarma en todos lados
para advertir el daño
de crueles desengaños.

Todo fue muy poco,
en la boca del lobo,
casi, casi me ahogo.

jueves, 18 de agosto de 2011

Insomnio

Espirales grandes
espirales chicas,
brillantes como estrellas fugaces,
suben, bajan y caen
en el negro intenso
que dibuja  impensadas  formas,
poniendo a mi pensamiento alas.

Subo lento, subo despacio
hasta alcanzar el punto negro
que lejano juega en el espacio,
haciéndose grande, haciéndose pequeño,
de su centro emanando
espirales verdes, espirales brillantes
una y otra vez, y otra vez y otra vez,
hasta el filo del amanecer.

martes, 16 de agosto de 2011

Ya pasará

El día más iluminado, a empujones,
es desplazado por la noche,
cada tiempo trae días y noches nuevas
que en su eterna lucha perecen.
La espada del tiempo
va atravesando al instante todo momento.
¿Y quién puede detenerlo?

El momento más sublime, el primer beso,
pasaron al archivo de los recuerdos.
La gloria, la fama, los buenos tiempos,
nada es congelable, por más que queramos.
El primer tropiezo, la primera ruptura,
para nuestra paz, también pasaron.

Si hoy eres infinitamente feliz, ya pasará,
si hoy estás sufriendo, ya pasará,
porque nada es para siempre...
Ni siquiera la indeseable muerte,
porque todos los muertos resucitarán.

domingo, 14 de agosto de 2011

Testimonio de una atea

De mí pareció burlarse la vida,
coleccionando fui, errores y fracasos,
mi mundo volvióse gris y apagado
sin poder encontrar ninguna salida.

Yo sorbí el veneno de la injusticia,
en solitario soporté su ponzoña,
sin poder escapar de la oscura fosa
anegáronme las aguas de inmundicia.

Archivé mis sueños, proyectos y anhelos,
me alejé de los amigos y parientes,
escapé del mundo para estar ausente,
rechacé hasta la dicha del consuelo.

Ante el cruel y prolongado sufrimiento
claudicó mi endeble corazón humano,
irreverente blasfemé contra el Santo,
tenía oscurecido el entendimiento.

Imprequé a Dios con el alma enloquecida,
que si existía, tal vez quisiera escuchar
y mi polvoriento escenario iluminar,
en cambio, yo le amaría sin medida.

De aquel cielo borrascoso y turbulento
asomó una dorada claridad
que me reveló su amor y Majestad
y mi ignorancia alumbró con su destello.

Comprendí que la fealdad se lleva dentro,
que vil enemiga es la incredulidad,
que vivir sin fe, es terrible necedad,
que del universo, mi Dios es el centro.